Visitando la Villa Imperial

Es como si desde hace algún tiempo las maletas no se deshicieran jamás. Las pausas regalan silencios, los silencios suelen decir más de lo que a veces el ruido de un argumento cualquiera intenta ocultar y los segundos que se suceden uno tras otro como significantes en cadena que quieren suponerse llenos de contenido concreto terminan mimetizando las esperas.
Potosí sigue siendo para mi una especie de enigma. Las calles angostas, las subidas y bajadas, el hermoso cascarón que queda de un Cerro Rico sempiterno, estóicamente plantado en el horizonte y la gente flotando en una especie de aura gloriosa.

Potosí no deja de sorprenderme, la noche del viernes pasado cantaba Julio Sabala como parte del Festival Internacional de la Cultura pero paralelamente, como parte de una contra (muchas veces necesaria) estábamos tocando en el bule junto a mi amigo Carlos Sivila... pero no sólo con él... la sorpresa fue animar a mi princesa (Ana Pintado) a cantar conmigo el "super hit": "Ella", posiblemente era la quinta vez que escuchaba la canción pero cantó la canción como si la conociera de siempre.

Junto a mi amigo Carly cantamos "la niña" de Rinaldo, una vieja canción de Sui-Generis, "La fogata", "La palabra en blanco" (composiciones suyas) y "si no estás" (más conocida como la chacalada, una composición mia). Para rematar la noche, nos fuimos a un boliche donde estuvimos compartiendo junto a Carlos Lopez (un grande), gran y agradable sorpresa escucharlo cantando y contando su recorrido.
Ya llegado el sábado emprendimos el regreso con la satisfacción del trabajo bien realizado, con el gozo de reencontrarme con mi querido hermano de melodías y la buenaventura de la compañía de Ana.
Las noches piensan pasar derrumbando silencios y soledades, los días se apresuran como camicaces creativos y yo me preparo para continuar caminando y suponiendo los futuros posibles.

(fotos de Ana Pintado)