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lunes, 24 de diciembre de 2007

No es cualquier fantasma, es el espíritu navideño

Los días nos conducen lentamente al martes veinticinco entre abrazos y compras exageradas, entre chuntunquis repetitivos y villancicos alienantes y entre teatrales sonrisas deambulando por las calles; todo, todo, abundante en hipocresía y en presuntuosidad.
Cuando veo tanta gente sonriendo, comprendo que anda no anda bien; imagino que la gente piensa: “Para que amargar a mis vecinos poniendo la cara de descontento que debería poner si puedo sonreír como si todo estuviera perfectamente buscando que crean que estoy mejor que ellos para pasarles esta ansiedad mía de sentirme descontento” y este pensamiento me aterra por la posición lúdica en la que se deja a la insatisfacción.
El juego de la navidad siempre me convirtió en una especie de personaje antinavideño, soy como el niño que se enoja con el grupo de juego y se lleva su pelota (en este caso mi sonrisa) y demuestro mi descontento abiertamente durante esta época del año aunque a mucha gente no le guste que lo haga porque termino aguándoles un poco la fiesta, sin embargo ya todos saben que no hay nada que en esta época la hipocresía no solucione y simplemente “me perdonan”.
¿Que es lo que hay oculto entre tantas sonrisas?, no es normal que la gente esté tan feliz y tan dispuesta a repartir perdones con abrazos y apretones de mano. ¿Será que a mi nomás no me visita el espíritu navideño y son sólo los fantasmas los que vienen a merodearme?, otro tipo de espectros me tiene planeados de regalo ese gordito bonachón vestido de rojo.
Temor y rabia contra la falsedad de los abrazos, las tarjetas, los regalos y los parabienes es lo que en realidad me causan estas fechas; es una especie de paranoia festiva.
Es triste que todo en estos días que conmemoran el nacimiento de uno de los más grandes personajes de la historia universal, terminen siendo o un gran espectáculo o una gran farsa o una superoferta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alguna vez pensé que la nacidad era el tiempo enq ue todos querían ser mejroes y eso le dba la mundo una nueva oprotunidad, pero ya no estoy tan segura.Parece que es mas fácil "hacerse" al bueno, pues serlo es una cosa de todos los días.