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viernes, 30 de diciembre de 2011

El último año nuevo

“no esperéis demasiado del fin del mundo”
(Stanislaw J. Lec)


Se supone que este año nuevo deberíamos festejarlo como si fuera el último de nuestra existencia. Y digo nuestra, no para hablar en primera persona del plural por mera redacción, sino porque se supone que estaría en juego la existencia de toda la humanidad como la conocemos.
Groucho Marx se preguntaba ya hace tiempo “¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Que ha hecho la posteridad por mi?” y es interesante cómo en la última década una corriente importante de personas se han empezado a preguntar cada vez más veces a cerca del presente como un tiempo más importante que cualquier otro.
La defensa racional a posturas demasiado “actualitarias” es la supuesta falta de visión de futuro pero si nos ponemos a pensar, el futuro no llega nunca sino que es una simple progresión de ahoras.
Lo malo del hoy, del momento actual en el que escribo estas líneas, – y que, punto a punto será el momento en que un lector pase los ojos sobre esta línea precisa – es que si lo miramos de frente y lo ocupamos como se debe, nos causa una obvia sensación de responsabilidad con ese poder que conlleva ese nivel de conciencia y a veces ésta nos causa pánico. Entonces, saltamos nuevamente al pasado o al futuro intermitentemente para refugiarnos de este presente a nuestro cargo, lavándonos bien las manitas. (sin duda alguna, las organizaciones y comunidades Zeitgeist podrían explicar mucho mejor que yo todo este asunto; búsquenlas si les despierta el interés.)

Pero bien, más allá de nuestra tendencia a pensar tanto en el futuro y esta cantidad de “buenos deseos”, que inundan las fiestas como cenicientas dispuestas a perder la magia a las doce de la noche ni bien se grita: “Feliz Año Nuevo!” (o bien, hasta minutos después, cuando termina la marejada de abrazos y besos) debemos ponernos a pensar en lo que estamos haciendo ahora con lo que nos toca hacer ahora.
Dicen que el fin del mundo se acerca, o que viene Cristo, o el calentamiento global, o el cucu, o cualquier cosa pero lo que en verdad hacemos venir es el temor. Y lo permitimos todos en conjunto, en manada, o mejor dicho: en rebaño. Y es que ya no somos lobos de nosotros mismos sino corderos de quién sabe quién y eso se ha dado a través de una serie de malas decisiones y un cúmulo de resignaciones que nos hace repetir: “el mundo ya me llegó dañado, ¿qué puedo ya hacer yo?”
Y ahí regresamos al asunto este de no aceptar el ahora como tal sino culpar al pasado por él, cuando – repitiéndonos – el ahora es el ahora, es este, no otro ahora y hay que asumirlo como tal sin ver de dónde vino pues es lo que es y punto.
Dice un proverbio africano: “cuando rece, mueva los pies” y desde hace unos días una persona muy especial me lo viene repitiendo a su modo y es que en verdad son acciones y no intenciones las que terminan teniendo un valor más perceptible, pero es importante el equilibrio y el rumbo para que una acción o decisión sea más correcta que otra y es bueno tomar en cuenta todas las cosas desde diferentes puntos de vista y a distancias diversas de apreciación.
A veces pareciera que necesitamos un latigazo para ponernos en marcha; de ahí el éxito de frases de autoayuda como la conocida “vive este día como si fuese el último” que a nivel mundial nos la regalan ahora como “este año como el último” tal vez con la esperanza de crear una reacción psicótica generalizada que nos impulse a actuar – quien sabe hacia dónde.
Y aunque los mayas no hablaron de un fin del mundo sino de una entrada en lo que llamaban algo así como el “sexto sol” que incluía cambios trascendentales y el final de nuestra visión actual del mundo o del mundo como lo conocemos, nos vemos dispuestos a festejar nuestro último fin de año, rodeados de gente querida, cargados de “buenos deseos” (reales y cenicientos) y el pasar implacable del tiempo siempre bajo nuestros pies (o delante de nuestras narices, como se prefiera).

martes, 27 de diciembre de 2011

Una de Woody Allen

Las películas de Woody Allen tienen un algo muy particular que las distancia de cualquier otra película, en especial aquellas en las que él aparece interpretando a alguno de los personajes, y sin duda alguna las disfruto tanto en argumento como en esos destellos, que siempre tienen en sus diálogos, por donde se filtra algún retazo de bizarra sabiduría psico-filosófica que sin duda es el motor introspectivo que impulsa a este gran escritor y director.
Hablar de la película "Delitos y Faltas" (o de cualquier otra película) es simplemente contar la historia sin el gusto de atravesarla.
Me quedo como muestra con un personaje transversal al filme (el profesor Levy) y les dejo un par de frases "suyas" para no desentrañar el argumento de la obra que involucra sentimientos como la frustración, la impotencia, el remordimiento, la moral, la educación y otras tantas cuya extensión le dan ese toque realista-exacerbado a los films de Allen (a mi criterio).

“Hay algo que hemos de tener presente... Al nacer... necesitamos mucho amor que nos in... incite a conservar la vida. Cuando conseguimos ese amor generalmente nos hace seguir viviendo. Pero el universo es un lugar yermo. Nosotros lo fertilizamos con nuestros sentimientos. Y ciertas condiciones pueden hacernos pensar que la vida no vale la pena.”

“A lo largo de toda nuestra vida hemos de enfrentarnos a decisiones angustiosas... elecciones morales. Algunas son..a gran escala; la mayoría de estas elecciones se...centran en cuestiones menores. Pero...todos nosotros nos definimos a través de nuestras elecciones. Somos, de hecho, la suma...total de nuestras elecciones. Pero los acontecimientos se producen de una forma tan imprevisible...tan injusta. La felicidad humana...no parece estar incluida en los designios de la creación. Sólo...nosotros, con nuestra capacidad de amor, podemos dar significado al universo indiferente. Con todo, muchos seres humanos poseen la facultad de buscar, y aun de hallar..la alegría en cosas simples, como... la familia... el trabajo... y la esperanza de que las generaciones futuras comprenderán mejor”.


"Comprenderán que, en realidad, lo que pretendemos al enamorarnos es una paradoja muy extraña. La paradoja consiste en el hecho de que, al enamorarnos, estamos buscando el reencuentro con todas o algunas de las personas a las que quisimos de pequeños. Por otra parte, le pedimos al ser amado que corrija todos los errores que aquellos lejanos padres o hermanos cometieron con nosotros. Así que ese amor contiene en sí una contradicción. El intento de volver al pasado y el intento de deshacer el pasado.”

lunes, 26 de diciembre de 2011

Valores desechables

Y entonces, nos sentimos livianos, sentimos la ilusión de la libertad y nos elevamos por sobre el horizonte creyéndonos invencibles.
Pero a menudo no nos damos cuenta que ya perdimos el rumbo y olvidamos que el viaje se había iniciado por razones muy diferentes o gracias a cosas, personas o ideas que ya no están con nosotros.
Y es que no todo lo que hacemos es motivo de orgullo, porque a veces por arrogancia perdemos elementos valiosos de nuestra propia existencia.

Secuelas navideñas

Buenos deseos

Los buenos deseos son cenicientas,
que a las doce de la noche sucumben
luego que la gran muchedumbre
grita a viva voz que es año nuevo.

Es que en tantos casos se percibe
lo forzado de un abrazo o lo lisonjero
lo irreal de una disculpa, lo insensible
o lo falso de un "lo mismo te deseo".

Pero están también los diminutos
pero gigantes deseos sinceros
los que nacen solos dentro de uno
aquellos de los niños, los en serio.

Que jugando a no ser grandes se ennoblecen
formados mas allá de las palabras
aquellos que incluso son silencios
que para no ser confundidos se callan.

sábado, 24 de diciembre de 2011

Noche de paz, noche de amor...

Nos han enseñado a crearnos demasiadas expectativas, tanto materiales como inmateriales, en estas fechas y eso a menudo nos hace sentir mucha presión pues también sabemos que se espera mucho de nosotros.
Esta presión la sentimos a diario pero es en estas fechas cuando se intensifica de forma desmedida y eso suele producir a menudo discusiones y enfrentamientos exacerbados irónicamente en una época del año en la que se supone que debería prevalecer el amor, la comprensión y la sinceridad.
Y es que no debemos hacer las cosas porque así nos lo solicitan o porque así se supone que debería ser. Todo lo que hacemos debe responder a nuestra conciencia superior. El bien y el mal son elecciones justificadas por el don más preciado: el libre albedrío. Sin embargo para hacer correcto uso de un poder tan importante es necesario desarrollar nuestro discernimiento.
Por eso, pienso que es mejor no esperar nada de nadie y simplemente ofrecer aquello que podemos dar sin forzar posturas ni realizar acciones que no sean realmente sinceras. Así, somos leales con nosotros y verdaderos con todos los que nos rodean.
Felices fiestas, paz en la tierra y amor en sus corazones.

Navidad

Que en esta noche, la energía positiva de la humanidad nos haga percibir cosas que estábamos dejando de lado.
Que la iluminación universal se nos haga accesible y sepamos pedir disculpas y perdonar. Que el orgullo y la vanidad se disuelvan en la aceptación de nuestras propias limitaciones y el poder de cualquier fe que se profese nos haga avanzar para ser mejores seres humanos; más justos, más racionales y profundos.
Que la humildad nos inunde el espíritu y sepamos valorar a cada persona que ha llegado a nuestras vidas de manera justa y sepamos aceptar que somos personas diferentes gracias a cada ser que se ha cruzado en nuestro camino.
Y que el amor, en todos sus niveles, venza estas limitaciones humanas y nos de una visión más amplia del mundo, más allá de materialismos vanos y absurdas soberbias que retrasan nuestra evolución trascendental.

jueves, 22 de diciembre de 2011

El valor de la sabiduría

No se si no aprendimos a decir gracias o si siempre nos creímos tan autosuficientes...

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Al final de este viaje

y me tendí en el piso de madera, y mientras veía a Dylan, sentía cómo la casa susurraba su tristeza de saber que en unos días ya no estaría ahí.
Y entendí tantas cosas de pronto, entre la soledad y la oscuridad cortada por la luz de la ventana y la aceptación de una casa que sabía que iba a a ser demolida. Entre las personas que se habían alejado de mi y las que cruelmente habían forzado ese viaje regalándome una experiencia tan fantástica.
El viaje concluía con las palabras y energía de mi gurú mezcladas con el chasquido de las llantas arrollando el asfalto mojado por la lluvia y la contagiosa resignación de aquella casa que acogía por última vez a alguien en su interior repitiéndose a si misma: hay algunas cosas que no deben perdurar.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Shanti

"Durante el día te acercarás varias veces a la rana
y proferirás palabras de adoración. Y le pedirás que
realice los milagros que desees... Entretanto, tallarás
una cruz para inmolarla."
(de un ritual de Alister Crowley)



No se si es mas tonto aquel al que le muestran la luna y sólo puede ver el dedo del que se la señala, o aquel que cree que la luna es todo eso negro al rededor del círculo resplandeciente que le fascina.
¿Hasta donde el egoísmo puede hacernos creer en cosas que en realidad no están ahí?, ¿no le pasó a caso a la humanidad entera ese desengaño de no ser el centro del universo?.
Cada quien atribuye a su conveniencia los elementos externos que se alejan de su poder y les da la explicación que más le satisface. Aquella que le permite continuar urdiendo en ataque una justificación a las actitudes equivocadas que en verdad podrían ser vislumbradas y corregidas de existir sinceridad interna.
Los resentimientos a veces no existen y los creamos ante nuestras propias frustraciones de poder. Tal vez, si existieran o existieron, algunas rencillas personales podrían tener una explicación muy diferente a la que intentamos darnos para evitar la dura franqueza de la realidad que pone al descubierto algunas imperfecciones que deseamos negar.
Shakespeare dijo en Julio Cesar que "los cobardes mueren varias veces antes de morir" y sin duda es la cobardía - en sus distintos sentidos y acepciones - la principal asesina de nuestras propias posibilidades. La cobardía de perder lo que no se tiene o de suponer lo que nos conviene sin ver la majestuosa realidad que dejamos comprimida fuera de nuestra burbuja de apegos.
Si el tener también es un espejismo, somos nosotros mismos los que nos hacemos creer que perdemos algo cuando persistimos en permanecer en nuestra pesadilla. A veces en realidad no estamos perdiendo nada sino estamos aceptando una liberación trascendental.
Muchos pretendemos silbar creyendo que los demás no se saben la canción. "Pero sabed que estamos todos de acuerdo, digamos lo que digamos"1
__________________________
1. turba philosophorum

Trenzando melodías

Hablar del concierto de presentación del disco “Utach kirki” o “Canto a las casas” de Parafonista y Elvira Espejo, es hablar de hilos distintos convertidos armónicamente en un tejido vivo.
La palabra clave – según me comentaron Alvaro Montenegro y Elvira Espejo – es: trenzar. Y esta palabra, contiene una larga cadena de significantes que la han nutrido durante el largo proceso que ha precedido a la aparición de este nuevo material compartido entre estos artistas que efectivamente logran ese trenzado que incluye incontables elementos que van dibujándose melódicamente imperceptibles en una amalgama exquisita que susurra palabras totalmente sincrónicas y claramente proyectadas.
En este trabajo, es posible apreciar varias muestras de cómo hacer las cosas para que exista una verdadera simbiosis entre estilos, instrumentos y cargas históricas de melodías aparentemente tan diferentes entre sí evitando con galanura a lo folklórico/comercial que, desde la visión de ambas vertientes de esta propuesta, no hace otra cosa que crear prejuicios y detener el cauce natural del arte de nuestra Bolivia profunda y real.
Hablar de este “canto a las casas” es hacer referencia al libro “Hacia un orden andino de las cosas” de Dennise Arnold y Juan de Dios Yapita que fue una fuente de inspiración que terminó juntando esa recopilación a las propuestas y experimentaciones nuevas dando como resultado un dual ancestral-actual, dejando así en claro que el arte es cultura en movimiento, dinámica imparable y cíclica de palpitares incansables que lo expanden y contraen todo.
Pero otro aspecto casi imperceptible, es también afluente de esta sensación de modernidad, y no es precisamente el sonido digital o los instrumentos occidentales sino la misma ejecución de los Huayna Sirineros cuyos kalampeos (rasgueos) ya no son la misma cosa, pues – como en toda sociedad – dejan su rúbrica generacional ejerciendo, con esa juventud asumida con convicción, su naturaleza de manantial comprometido e inagotable de propuesta, reconstrucción y reinvención de todos los imaginarios.
Mario Rodriguez, a tiempo de presentar este material discográfico, ya nos había adelantado un poco esta evolución de las cosas y las casas. De los pueblos, las ciudades y las sociedades que finalmente – inmortales – se terminan entrelazando en tejidos complejos que a veces no saben distinguirse o aceptarse como un organismo multicelular con intrincadas interdependencias e irrompibles circuitos que le dan su aguda pujanza.
Complicado trabajo plasmar musicalmente tanta información sin caer en lo etnográfico, en lo antropológico o en lo musicológico; dura tarea mantener una distancia prudente con eso “académico” – seguramente tentador – y conseguir ese equilibrio, esa asociación que se percibe orgánica en las canciones de este “Utach Kirki”.
Como buena tejedora, Elvira Espejo nos habla en el disco de pueblos nuevos, de cimientos, de sendas, de autoridades tutelares, de ecología y hasta de suegras y loros con la sinceridad producto de ese algo que dentro de cada uno de nosotros se va haciendo y replicando casi como si fuera una memoria celular – a decir de un buen amigo mío.
Se cierra así un segundo repertorio de estos “sonares comunes” que empezó con el disco "Thakhi" cuyo rasgo principal es esa bidimensionalidad de su contenido histórico ancestral con la frescura y sinceridad de la propuesta de cada integrante e invitado al trabajo discográfico que, desde la perspectiva de Parafonista, buscó aliado – acertadamente debemos decir – en esa Bolivia no cliché, en lugar del arquetípico jazzista extranjero que de ninguna manera hubiera podido aportar tanto como este par de trabajo encontrado en Elvira.
Se siente en esta propuesta una esencia verdaderamente original que propone este complejo entramado que dibuja y vibra potente y es diacrónico y sincrónico a la vez como la mismísima metáfora que tejieron entre Elvira y Alvaro: trenzar. Pero trenzar bien.

Fotografía: archivo Página Siete

Oportunas oportunidades

Es importante aprender a percibir, dejarse llevar por las rutas que se brindan por si solas, seductoras, fascinantes.
Es importante también perdonarse y perdonar; alejarse de la futilidad de los reproches. Recordar que cada ser evoluciona a su manera y a su tiempo y es necesario aprender a respetar también esa individualidad sin presionar un entendimiento en nadie.
Y en el asunto de perdonarse a uno mismo, se incluye la consiguiente permisión de ser feliz.
Es que uno debe sentirse merecedor de la felicidad para poder empaparse en ella; o al menos para sentir su aroma tan constantemente cerca y alrededor.
Pero como todo, esa es una decisión personal, "sólo una cuestión de actitud", que lleva intrínsecamente un pedacito de entendimiento a cerca del poder energético de cada espíritu en su búsqueda de trascendencia.
Trabajo difícil agradecer también los dones recibidos de forma indirecta por gente que no te los procuraba.
Aprender a agradecer es importante, agradecer a los demás, a los que nos enseñan y enseñaron, a los que nos desearon el bien, a los que nos amaron y a los que forzaron nuestro crecimiento con sus ofensas. Este aprender a agradecer también nos incluye a nosotros mismos y el bienestar que nos permitimos a través de nuestra percepción.

martes, 13 de diciembre de 2011

Diques vencidos

Hoy, durante un trabajo que realizamos en el taller de teatro que me trajo a esta ciudad, de pronto saltaron las chispas entre los dedos de la compañera que estimulaba mi cuerpo con sus masajes y las voces en mi interior que - por instrucciones del facilitador - entablaron una perturbadora conversación a modo de entrevista.
Hoy, en la mañana, no fui escindido, no fui el dual, el ying yang, el géminis absurdo, dicotómico, ciclotímico y limítrofe; hoy, en la mañana sume mi dolor a mi fuerza, junté mis amables lluvias con saña, hice de tripas corazón y rompí mi dique a fuerza de interrogarme con una agudeza despiadada.
Y de la singular mezcla en equilibrio no resultó el simple equilibrio, sino un tercero equilibrante que asistió a la entrevista como espectador crítico que tenía al final todas las observaciones claras y las regaló, mientras me desempañaba los ojos con las manos, convertidas en una visión caleidoscópica y alejada del simple monocromo de matiz exagerado que reinaba.
Mis lesiones severas son de tiempos demasiado perturbados, demasiado influenciados, equivocados - me dije.
Siempre pasa, que cuando asumo nuevas posturas y renazco, renunciando a mis esclavitudes voluntarias, de a poco se abren puertas insospechadas, nuevas miradas, nuevos climas, nuevas veredas, nuevos trabajos y se ve el horizonte en su magnitud real: inmenso, circular e infinito.
Y todo de pronto se libera; se destapa como oreja tras bostezo, como dique que al colapsar barre con todo despiadadamente pero limpia y permite recomenzar con nuevas estructuras, cada vez más sólidas.
Este efecto dominó llega siempre más allá de lo que se cree, las fichas/muros, cada pieza/tara, cada bloque/necedad derrumba a su semejante hasta llegar a los ocultos barrotes de alguna celda desconocida de mis calabozos subterráneos.
Se detiene el granizo, los rayos espantan con su magnetismo esa atracción al desasosiego y veo algo de luz al final de esta dura jornada gregoriana.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Luna menguando en La Paz

Y lo que pasa, es que en realidad uno no deja de viajar. Desde el primer paso proyectado a la distancia que se hizo, uno no para más.
Y la ruta cambia y se toca puerto una y otra vez pero el viaje no se detiene - incluso sobre las zozobras y naufragios - el viaje persiste pese a que pretendamos alguna vez creer que nos hemos detenido.
Y el mío ahora vuelve por La Paz. Esta ciudad extraña tan llena de sorpresas, encuentros y reencuentros. La Paz, tan llena de voces y bocinas. Tan abrelatas, tan despertador. (debo reconocerla como de gran ayuda en este viaje eterno que empecé el día que decidí por mi mismo salir de casa hacia cualquier sitio).
Viejos amigos y amigas conversan conmigo - la luna es testigo - antiguos rostros reaparecen iluminados, llenos de nuevas rutas. De golpe se despiertan viejos caminos, senderos olvidados, posibilidades que convierten la torpeza de mi camino tontamente lineal en un asterisco de incontables aristas: hermoso vivir encontrando encrucijadas; perdiendo la ceguera de creer que había sólo un camino.
Lentamente acepto la realidad de mis errores, de mis posturas tercas y equivocadas; me realineo, me recompongo, me despojo de tanta pequeñez de visión y succiono de las raíces profundas de esta ciudad su pujanza y avidez por el avance. La luna ya decae, y es tiempo de que yo deje de menguar.

lunes, 5 de diciembre de 2011

En la hoguera

Y sin gritar más, intentó en vano apagar las llamas con su llanto.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Dudas futuras...



















ESCRÚPULO

Me parece que vivo
que estoy entre los ruidos
que miro las paredes,
que estas manos son mías,
pero quizás me engañe
y paredes y manos
sólo sean recuerdos
de una vida pasada.
He dicho "me parece"
yo no aseguro nada.

(Oliverio Girondo)

domingo, 6 de noviembre de 2011

Otra vez Serrat

Porque la quería

Porque la quería, no quiso papeles
ni hacer proyectos con vistas al futuro,
no confiaba en él y quiso estar seguro
que cotidianamente tendría que ganarla
con el sudor de su frente.
Porque la quería, no quiso con ella
hacer un nido en donde abandonarse.
no confiaba en él
y quiso asegurarse.
Porque la quería, por no despertarla
dejó de dirigirle la palabra
no confiaba en él
ni se atrevió a cambiarla.
Y puso en pie de guerra
su buena fe y sus sentidos,
por llegar a conocerla.
Porque la quería
se fue para siempre,
quiso poner a salvo aquella imagen,
no confió en ella...
y quiso asegurarse.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Menguante


La luna está escondida y llora. El viento sopla fuerte y las ramas arañan las ventanas de mi cuarto como pidiendo entrar.
Pero las entradas de esta caja, aunque abiertas, sólo saben mostrar lo atiborrado de mi pequeña celda infernal. Kilos de periódicos viejos inundan de letras el aire, de los libros confinados a los pequeños muebles de la esquina se derraman también en cascadas las palabras que dijeron tantos otros.
Hay aromas tan constantes aquí adentro; que cosa imposible forzar al olvido; que trabajo inútil el desviar la mente a algo menos torturador que este cúmulo de ausencias tan frescas.
El silencio no se rompe con tecnología. El televisor no funciona, la computadora es mas fría de lo habitual y el tiempo rebota contra las paredes aumentando la densidad de este vacío tan pesado.
Y esta sensación tan de 472 nanómetros se ha apoderado nuevamente de mis ganas que merman otra vez. No pasa un día sin que me pregunte nuevamente si tiene sentido o no tanto caminar por campos y caminos baldíos sin tener más compañía que el incansable silbido de mis propios labios en sequía.
Que inútil guardar rencores, que pérdida absurda de tiempo el remordimiento de ya haberlo perdido. No puedes pedir peras al olmo y menos llorar por la leche derramada. Es momento de parar este castigo al cuerpo o devastarlo de un golpe para acelerar este proceso importante de llegar hasta el fondo para renacer.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Más allá de simples brujas y cadáveres


Nota publicada el día de hoy en el suplemento "puño y letra" del diario Correo del Sur...

"Una llovizna en el asfalto salta,
juega con las sombras divididas,
hartas de chicha y chancho. (...)
K'anchacu.
Quítenme las sombras
háganse callar."
Oscar Padilla Apaza

Una mezcla de aromas entre flores, chanchos y ajíes hacen del día unan experiencia fantástica. Los muertos nos visitan. Desde hace unos días los vieron caminando incluso por el segundo piso de casa.
Con sus siluetas nítidas y sus rostros intactos en las fotos, ellos envuelven al mundo con una energía más gratificante y real que la de cualquier otra época del año (incluida la navideña, ya tan cercana por culpa del putrefactante consumismo que todo lo vuelve imperecedero).
Nos encontramos los de un mundo y los del otro separados únicamente por una mesa llena de comida en la que nos sentamos frente a frente sonriéndonos, pese a esa absurda sensación de pérdida dictada por esta falta de desprendimiento, característica de nuestra codiciosa especie.
Es el ritual de aceptación del “Sein zum Tode”, de ese ser-para-la-muerte Heideggeriano que dentro de su visión del Dasein no significa un dejar-de-ser sino una oportunidad clara de ver lo trascendental o intrascendente de nuestra existencia como viene hasta ahora. Y, si esta existencia es un continuo cumplir y pasar de ciclos, entonces, ¿no puede la vida ser sólo un ciclo más donde la muerte es el hito al siguiente?. Las escrituras teológicas más antiguas del mundo afirman que una esencia primaria explotó creando todo el universo que evoluciona bajo una ley básica de acción-reacción que pretende confluir al universo entero al UNO inicial en un eterno ciclo universal, quién sabe para volver a expandirse en todas las dimensiones, incluyendo aquellas que no comprenderemos.
Hermoso egocentrismo el humano que cuida su vida – convertida en mera supervivencia y perpetuación de la especie – sin preocuparse por entender su propósito en el universo más allá de su paso por este mundo terreno. Hermoso egocentrismo que ya nos causó decepciones globales gracias a Copérnico y Darwin que fueron – y son – como ojos/chacras que se abrieron en un momento determinado de la historia de la humanidad, entre miles de otros que seguro esperan por abrirse.
Es insolente la ceguera que provocan otras manifestaciones que, poco a poco, ganan terreno en nuestra cultura – cada vez más embebida del recipiente desechable y las imágenes y discursos sin contenido – que nos venden telas para que nosotros mismos aprendamos a vendarnos los ojos.
Pareciera que ante tal avasallamiento – recordando la gloriosa habilidad que nos llevó a este día de los muertos hoy, por encima incluso del poder del catolicismo – el sincretismo será el camino para hacer creer al poderoso que nos comimos su receta envolviendo con su absurda decoración nuestro propio pastel intacto.
Pero por ahora, mientras aun queda la esperanza de que nuestra juventud renuncie a los disfraces y las calabazas regresando al k’anchacu y las tantawawas a las que se deben, parece inevitable rebajarnos a un nivel de marketing que nos permita hacerle frente a una aplanadora tan inhumana y hueca.
Hay momentos en los que uno vuelve a ser uno, en los que el camino vuelve a ser claro y nos resintonizamos con ese UNO inicial, devolviéndonos el don del discernimiento más allá de cualquier capricho pasajero y de cualquier influencia involucionante.
Qué brujas ni qué brujas que aterran y causan pena, son los muertos (nuestros muertos) los que vienen durante unos días a visitarnos, a recordarnos que morir es la regla fundamental de la vida y que se puede ser más allá de la muerte.

Como diría Fito

Volver a mi
(Fito Paez)

Estoy tragándome el dolor,
mordiendo el polvo del amor,
vivo solo y encerrado en una gran habitación
esperando una maldita decisión
Pensándolo un poco mejor:
no se quién te crees que sos,
no me vas a hacer el juego
soy la luz, soy el gas y
ya no me queda tiempo para vos.

Es hora de volver a mi
a contar las cosas que me hacían bien
de verdad.
Es hora de volver a mi
a cantar,
yo necesito ver el sol de verdad.

Tenías que fallarme así,
no es fácil hacerme sufrir,
pero vos tenías las llaves
de la ventana que da al infierno aquel
y yo estaba entre la estaba y la pared.
No puedes explicármelo,
no hay forma de explicárselo,
es posible que me traigas
un perfume del pasado
pero nunca mas el néctar de la flor.

Es hora de volver a mi
a contar,
yo necesito ver el sol de verdad.
Es hora de volver a mi
a cantar,
las cosas que me hacían bien de verdad.
Es hora de volver a mi
a cantar,
es hora de volver a mi, a brillar
Es hora de volver a mi,
una vez mas,
yo necesito ver el sol de verdad.

martes, 1 de noviembre de 2011

Ausencias y golpes de timón

Hoy a medio día, cuando les servía el mondongo de mamá a mis muertitos mi tío casi me hace llorar desde su foto. Pero, como era costumbre suya, en lugar de eso, me terminó esbozando una enorme sonrisa en el rostro; cómo se extraña a los que se van, que incontrolable egoísmo.
El sol se sobrepone a las nubes, es buen presagio para el navegante y para el campista. Es buen presagio para el que asume las cosas desde un punto de vista alejado de tanto dédalo, desconcierto, incertidumbre y decepción. Por fin se me quitan también las nubes de los ojos para ver que nadie puede hacerte sentir culpable de lo que provocan sus propias incapacidades o imposibilidades; qué alivio regresar al propio camino dictado por el discernimiento profundo.
Sería fácil decir que hay vacíos que no nos permiten llegar a las profundidades ansiadas (al hacer las veces de flotadores), cuando en realidad seguramente era necesario estar un rato a flote para no terminar ahogándonos en esos abismos que deseamos explorar.
Pero todo cumple un rol y todo tiene su tiempo, y tal vez ese tiempo no sincroniza a menudo dejando así barcos a la deriva, llevando así a enormes Hindenburgs a pique, creando así desencuentros en citas que no tendrán una segunda oportunidad.
Es día de muertos, esos espíritus nos fortalecen con su energía pura y evolucionada, hay mas paz que en pascua, hay mas amor que en San Valentín, hay más sentido que el que ofrecen simples brujas y cadaveres desorientados y hay menos rencor que en navidad. Es día de muertos, y las ausencias no son ni serán de ellos, serán las nuestras, las de uno, las que se sientan cuando al atardecer el cielo se coloree, allá por el horizonte que estará sobre mi cabeza.

viernes, 14 de octubre de 2011

Oktoberset


Vigía, verde, bisturí,
estrépito: consecuencia.
Abandono, estrabismo.
¿Ego?
Justicia, desesperanza, embate,
agresión, miedo.
Historia - histeria.
Candidez, belleza, futuro, consecuencia.
Tecnicismo / terquedad
compartir / concatenar
prevenir mejor que curar
abandonarse / mudar
tornar / incluir
Flotar, converger, acompañar,
crear, renunciar, respetar,
convivir, aceptar, ofrecer, ofrendar,
soñar, caminar: querer.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Aquellos títeres

Mente gigante, manos prodigiosas.
Jim Henson hubiera estado cumpliendo hoy 75 años, y en homenaje le ofrecemos estas pocas lineas para recordar quien era.
Tuve la suerte de haber conocido a personajes tan fantásticos durante mi infancia que sería totalmente injusto no hablar de ellos. Tuve la suerte de ver como estos personajes, que tenían su propio show, tenían invitados de lujo, como superman o Luck Skywalker entre otros tantos formidables.
No estoy seguro si la gente de las nuevas generaciones tiene el honor de conocer a la Rana René y su distinguido séquito o si alguna vez supo de la existencia de una serie de televisión llamada el Narrador de Cuentos (ese que estaba sentado frente a una chimenea con su perro a lado), si no es así, en verdad lo siento por ellos. Les queda el consuelo de haber conocido al menos a su fantásticas Tortugas Ninja.
Bueno, el genio se nos fue ya hace como once años pero su presencia es aun innegable, rotunda y trascendental. Tantas ideas, tanta genialidad, tanto espíritu rebalsándole de los dedos.
Un homenaje al maestro, de parte de un simple aprendiz de manejador de objetos.

jueves, 22 de septiembre de 2011

En nombre del progreso

¿El progreso?, yo no se que es eso señor. No como ustedes lo conocen en todo caso.
Porque hay que saber que no hay nadie que no progrese, todos como quien caminan en la vida están siempre progresando.
En mi comunidad las cosas siempre fueron mejorando, cada vez que hubo un problema entre todos supimos solucionarlo. Pero cuando los asentamientos urbanos se vinieron más cerca de nosotros, nos crearon problemas nuevos y nuestras viejas soluciones a veces ya no se dieron abasto. Pero aun así progresábamos, aprendimos cosas nuevas y de esa manera pudimos mantenernos en equilibrio siendo nosotros mismos todavía.
La tierra toma a los primeros hijos de nuestras mujeres, ella los cuida o los elimina para que más adelante sean o no de provecho, siempre fue así. Pero ahora los hijos del hombre de las grandes ciudades creen que tienen el derecho de cuidar o eliminar a la tierra.
Y las cosas que nos habían dicho antes ya parecen no servir. A toditos nos han engañado; nosotros no les habíamos pedido nunca nada porque nada necesitábamos de nadie más que de nuestro trabajo y la selva pero ahora no nos quieren ni dejar vivir donde vivimos, porque para seguir siendo nosotros tendríamos que irnos monte adentro y – con todo respeto – nosotros estábamos aquí antes que su “progreso”, disculpará usted.
Progreso, graciosa palabra ¿no cree? Si el progreso es sólo una respuesta a lo que cada uno desea para vivir mejor y aunque ustedes no lo crean, esto es lo mas alejado que tenemos de vivir mejor.
Vivir mejor para nosotros es dejar a la tierra en paz, cumplir esas promesas que se nos hicieron, dejarnos vivir en paz también a nosotros. El progreso en este caso y ahora, sólo vendría con el respeto, créamelo usted, el respeto al otro es ahora nuestra visión de progreso.
¿Se da cuenta de que se trata el progreso señor?, nosotros no somos como ustedes, nos importan otras cosas y a la tierra menos le importan las cosas suyas que las nuestras si se da cuenta. Respetos guardan respetos saben decir por ahí, y el monte sabe más que esa gente que habla tanto, porque él siempre ha estado ahí, ha estado antes que nosotros, antes que ustedes, antes que la historia y todo lo que ahora conocemos como hombres. ¿negar todo eso le parece progreso?
Con todo respeto, señor, que maneras más distintas tenemos de ver al mundo ¿no cree?

viernes, 9 de septiembre de 2011

el atlético joven de nuestra época


Cruzando puertas

Alguna vez, recuerdo escuchar a mi abuela decir - en un quechua limitado - algo así como: "ni ruega, ni rogachicuy, ni fuerzamanta munachicuy".
Como era niño, la primera vez que oí esto, no supe descifrar la importancia real de estas palabras (que por su etimología, venían combinadas con esa energía andina precolombina) y es recién tras un primer desamor que comprendí - aun a medias por mi edad - algo de lo que me brindaba esta frase tan popular en mi casa.
Y es que a veces, la impulsividad y lo obtuso y exageradamente contrastado de nuestra visión, no nos permiten asimilar ciertas verdades que por su intensidad nos ciegan y nos quitan incluso esa poca visión del panorama real que nos posee. No es fácil darnos cuenta que tenemos un problema, es necesario aceptar algunas cosas aunque duelan y no insistir como moscas golpeando inútilmente una barrera que parecía tan transparente.
Como el jaboncillo, la gente débil de carácter, salta ante la presión atemorizada por las exigencias naturales que las cosas valiosas pretenden. Cuántas veces huí ante posibilidades majestuosas que dejé pasar por temor a perder mi individualidad o mi libertad con esa estupidez propia de la adolescencia. Recién con el tiempo supe que todo el tiempo eres transgredido por los que te rodean y en realidad eres esa sumatoria de influencias de las que escapas tontamente. La rigidez de impermeabilizarte es lo que te hace viejo, antes de llegar a eso es mejor quedarse solo.
"Poder decir adiós es crecer" nos dice Gustavo Cerati y, pese a que las rupturas inicialmente nos ofuscan y nos hacen desenvainar espadas y espinas, terminan devolviéndonos de a poco la invalorable tranquilidad con nosotros mismos.
"ni ruegues, ni te hagas rogar, ni a la fuerza te hagas querer" sigue repitiendo el eco de esa sabiduría que hace tanto tiempo mi abuela me regaló cuando vivía por ahí, en ese barrio que hasta hace poco transitaba como un no-muerto sin voluntad propia.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Dudodudar


No es duda la que se crea con el sólo afán de dudar, escepticismo cartesiano en el lugar equivocado, 

autoboicot continuo, como un miedo a perderlo todo para luego sentirse mal.
No es duda la que espera tras la puerta, la que se esconde cobarde en los rincones, y se agazapa dispuesta siempre a atacar, la que al descuido crea falencias y luego nos hace llorar.
No, no es duda tampoco la de tu mirada, porque es franco el brillo que aun regalas al hablar, no es duda la que te tensiona contra el piso, es un normal temor a la velocidad.
Y no es duda tampoco la que brota en mis palabras, esa es certeza una tras otra, certeza de que en verdad yo quiero mas - no querer más respecto a como quieres - sino de simplemente no querer parar.
Porque no dudo tampoco en si me quieres, ni dudo que cuesta a veces y lo haces aun así, no es dudar el lío, es crear duda, como si estuviéramos simplemente queriendo dudar.
Y es que es tan rara esta certeza, es tan extraña esta sensación de ti, como un escozor en tu cabeza, un escozor que podrías rascar por mi.
Ya se puso gracioso el poeta, no lo dudo: es por ti.

viernes, 26 de agosto de 2011

Fragmentario

Acompañado de mi bruja galáctica personal nos apersonamos a la propuesta de Diego Aramburo que nos ofreció la obra "Texto M" en la Alianza Francesa, en la que el actor argentino Agustín Vásquez interpretaba a un hombre mutilado que habitaba un refrigerador.
La obra que dura una hora rompe los códigos habituales del teatro nacional acercándose tal vez un poco más a las propuestas europeas.
Las limitaciones interpuestas hábilmente por el director obligaban al protagonista del monólogo a irradiar toda su energía desde el frí cubículo del congelador, de donde el personaje compartía su visión y transcurrir en un universo de vacíos–bunkers con señales no correspondidas y profundos cuestionamientos existenciales, hábilmente dosificados por el autor Huber Colaf.
Las frías luces de neón aportaban positivamente a la propuesta y a la temática en cuestión mientras las proyecciones de video – por detrás del foco de atención – y los efectos sonoros se articulaban de forma óptima creando un sistema de signos completamente funcional.
Un actor desmembrado vestido de nevera manejaba los ritmos, las intensidades y las intenciones a plan de voz, gesto y hasta golpe de máscara. Cuajada saliva simulaba la escarcha de su hábitat mientras llevaba al público a insospechados momentos de tensión.
No es la primera vez que vemos que Aramburo trabaja con esta pseudo-inmovilidad de sus actores y este recurso de alguna manera exige a su público una atención alejada de ciertos barroquismos dinámico-estéticos.
No es coincidencia que el trabajo de Kikin Teatro sea considerado de los más vanguardistas a nivel nacional y que tenga ese importante recorrido internacional. Como casi siempre salimos de la sala, increpados e interrogados y cabilantes volvemos a la realidad siempre tan llena de nausea y vacío sin procesar.
Fotografía: Grecia Tardío Rodríguez

jueves, 25 de agosto de 2011

Corazón Coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Mario Benedetti

sábado, 20 de agosto de 2011

Sapo verde to you

Cuando se escucha la música de Las Fábulas del Sapo, se identifican inmediatamente dos fuertes vertientes. Por una parte, se reconocen estructuras melódicas que fácilmente se vinculan con los sonidos ancestrales de por aquí – y algunos de por allá - que en lugar de ser antagonistas se convierten en una especie de catalizador de las claras intenciones urbanas que constituyen justamente la segunda vertiente de esta propuesta.
Cuando se escucha la música de Las Fábulas del Sapo, sale a relucir la habilidad y convicción de Oscar Padilla, amplificadas por el simbiótico grupo conformado por Franco Poppe (Batería), Pablo Avilés (Guitarra eléctrica), Ignacio Rocha (Bajo y Coros) y Mauricio Melcón (Percusión, armónica y coros) que son el resultado actual de esta búsqueda que se inició formalmente hace justamente un año pero que tiene su génesis un poco más atrás en el tiempo.
Es importante – casi imprescindible – resaltar la estrepitosa evolución, que en este corto tiempo, ha situado al grupo en una posición casi protagónica entre las bandas actuales de nuestra ciudad pues demuestra el compromiso con su arte y el respeto hacia su público – cada vez mayor y siempre fiel.
Estos distinguidos batracios capitalinos mantienen clara su visión y sus firmes intenciones de seguir evolucionando en una especie de metamorfósis continua e interminable que los impulse en esta implacable búsqueda de su “pichon” (metafórico y minúsculo personaje que es como un punto de partida y retorno cíclico que revoluciona sobre su propio eje, salpicando las fábulas charco afuera).
Como la gran mayoría – si no la totalidad – de los músicos, bandas y proyectos musicales o artísticos de otra índole en nuestra “culta” Charcas, Las Fábulas del Sapo son el resultado de su propio esfuerzo, constancia y perseverancia; son otra muestra de que la indiferencia y la falta de apoyo, aunque molestan mucho, no llegan a desmotivar por completo a nuestros verdaderos actores culturales.
Cuando uno escucha Las Fábulas del Sapo, siente ganas de compartir esas moralejas gestálticas con el escucha de a lado para comprobar las fantásticas diferencias subjetivas humanas. Uno advierte que se dicen cosas nuevas que están fuera de otros discursos, que se están denunciando taras y que, sin duda, se está ante algo original, actual y bien realizado.
Las Fábulas del Sapo llevan recién un año “buscando al pichón” con esta vehemencia que sin duda seguirá sacando a flote, tantas cosas que antes pasaban desapercibidas.

Convicción convicta


"La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano."
Friederick Nietzsche

A veces me pregunto: ¿es en verdad esta mi naturaleza?. Y es que a menudo pareciera que busco parecerme a algo que al común de la gente le perecería bien.
Y después, me encuentro a mi mismo en medio de torbellinos autoinflingidos a los que en realidad me tengo muy poco acostumbrado.
En días como este, en los que, como mártir inmolado, uno se abandona a la autocontemplación olvidando la existencia del mundo exterior, uno sufre de ese síndrome de abstinencia de abuelitas y caperucitas; de pronto nos invade ese deseo de quitarnos la piel de cordero porque dudamos si en verdad valen la pena esas tentadoras convicciones nuevas que uno quiere asumir, esas que dictan fe, que invitan al orden, a la fidelidad.
Las noches en las que la duda corroe y la mente y las situaciones claman venganza, para evitar ser inconsecuentes, uno retrae los colmillos pese a que de pronto - como parte de un complot - aparecen y desfilan los cuellos inmaculados de tantas víctimas posibles tentando al límite a nuestro espíritu tan deseoso de no ser el primer engañado sino - de preferencia - ser el primero en traicionar para no quedar como tonto.
Pero las posturas que se asumen son las elegidas por uno y si uno no sabe respetarse no puede exigir respeto. Es más, quien no se tiene respeto, no sabe aceptarlo cuando llega, a penas y lo reconoce. La persona que se sonríe ante un piropo soez y acepta los maltratos intrínsecos de los comentarios que llegan disfrazados de inocente juego como parte de una pulla indecente se van alejando de a poco del verdadero sentido del valer, y uno vale en tanto impone sus límites incluso con el riesgo de abandonar ese lugar que cree amar pese a lo degradante de esa artificialidad a la que le tiene acostumbrado.

sábado, 6 de agosto de 2011

Asumir el riesgo

Se pierde soga y cabrito en este eterno síndrome de indecisiones y posturas desacertadas. El temor de que la manzana se acabe nos aleja de disfrutar la primera mordida, y las siguientes pero aunque el sentido común diga lo contrario, la libertad en todo caso no se pierde sino que se empeña o se perfecciona cuando se busca juntar senderos con alguno de nuestros congéneres.
Pero uno no se da por enterado hasta después que empieza a sentir las ausencias autoprovocadas como consecuencia de esta eterna desconfianza que tenemos de ser merecedores de la felicidad.
Hay como una especie de confusión de mensajes, certidumbres y corazonadas; mientras algo dentro nuestro nos asegura estar cometiendo el mayor error de nuestra vida otro pedazo de nosotros nos asegura equivocadamente que todo permanecerá inmóvil si se sabe esperar los momentos adecuados. Pero luego el mundo se transforma, nosotros sufrimos nuestras incontables metamorfósis y en poco tiempo los momentos se hacen cada vez menos precisos. Porque en realidad, el momento indicado es aquel en el que se asume una decisión, aquel en el que despojados de temor o falsas aspiraciones nos sabemos brindar al peligro de vivir y seguir avanzando pese al riesgo de romper nuestros falsos paraísos por la promesa del conocimiento y el pecado de no estar conformes con la liviandad de la vida.
Y pese a que el dolor puede ser al final la única retribución, el sendero recorrido y los pequeños placeres no tienen valoración posible y se vuelven eternos bienes mnémicos que giran en el infinito universo de lo que hace que el existir valga la pena.

jueves, 4 de agosto de 2011

Avances implacables

El tiempo ha pasado tan en silencio que uno no se da cuenta cuándo su lánguido transitar y su avance implacable se han vuelto conscientes.
Es hermoso poder darnos cuenta de lo mucho que hemos avanzado. Ahora vemos las etapas con claridad, notamos y anotamos cada relación importante, cada injusticia, cada triunfo, cada travesía, cada pequeña porción de tiempo invertido.
De a poco vamos asimilando las fallas, las virtudes, los dones recibidos, los objetivos alcanzados, los acobardados escapes, los sinsabores, las decepciones.
Nadie vale lo que cree valer y por esto a veces aceptamos pequeñeces dudando de nuestro derecho a reclamar lo que merecemos en verdad. Recién más adelante uno es capaz de ponerse firme ante las valoraciones minimizantes y abandonar los lugares que nos desgastan.
Los años avanzan y uno prioriza cosas diferentes; uno se analiza con mayor profundidad, con mayor certeza pero también con mas torpeza y mordacidad.
Ha pasado tanto tiempo cargando incontables encuentros, que como una película, la vida termina siendo sólo una enorme sucesión de cuadros y sensaciones.
Es gracias al tiempo que uno aprende a no desesperar, es gracias al tiempo que las etapas duran o perduran y es él mismo el que limpia las limaduras que producen las sumisiones.
Por suerte mi niñez me acompaña eternamente, a ella le debo esta transparencia, a ella le dedico esta hermosa capacidad de sonreír eternamente.
Han pasado los años y el tiempo sigue regalando vivencias y entendimiento, incluso a pesar de los extravíos.

sábado, 30 de julio de 2011

Me gustó

Chau
(No te va a gustar)

Estábamos los dos mirando el mar
cuando la tarde moría
como moría lo nuestro
juro que no lo sabia.
Mire para mi derecha
vi que desaparecías
grite con todas mis fuerzas
y note que no me oías.
Me quede toda la noche en la arena
intente que algo valiera la pena
no puedo conseguir
cambiar, ni corregir
lo que me corre en las venas.
Corazón,
hoy no dejes de latir
te alejaste un día
ahora decidiste venir.
Ha pasado mas de un año y vos no estás
por que habría de creerte?
hubiera dado la vida y mucho más
por solo volver a verte.
No podría darme el lujo
de ceder ante tu llanto
no pienso abrir las heridas
de haberte querido tanto.
Escuche
pero deje que se fuera
recordé
todo lo libre que era
No puedo conseguir
cambiar, ni corregir
lo que me corre en las venas.
Corazón …..
Chau!



Aunque cruel, completamente certera... como me gustan las canciiones.

sábado, 23 de julio de 2011

Winehouse

De pronto hay un silencio grave. Un silencio largo... como de blanca, como de puntos suspensivos o puntos aparte.
De pronto hay un silencio que pareciera acrecentar todos los otros silencios que se han armado de valor hoy. Hay una serie de silencios haciendo fila aun, como un efecto dominó armándose aun ficha por ficha.
De este mundo tan lleno de excesos, extraemos a uno de sus más singulares ejemplares humanos; nos toca despedir a otra persona joven: adiós Amy.
La cantante londinense ha dejado de existir hace horas tan solo y el silencio retruena bullicioso en el ciberespacio: Se llenan de letras las redes sociales; se cargan y recargan videos en las páginas y blogs. Las notas de su voz tan particular hacen eco en las incontables cavernas auriculares mientras palabras tras palabras se sueltan y resbalan de bocas ansiosas y obnubiladas.
Podríamos inferir tantas cosas sobre su muerte. Recordar esos destellos de estrella negra, de nebulosa autodestructiva, de mártir maltratado que no sabía cuando detener esa constante autoflagelación. O simplemente hacer caso a nuestros sentidos menos especulativos, rebuscar en sus huellas mnémicas y consagrar su incalculable talento a la memoria de su música totalmente trascendental.
Recordemos que también pueden haber existencias oscuras, que hay mil caminos para que todos nosotros, seres-para-la-muerte, podamos ir más allá de una simple sobrevivencia continuada. Winehouse está más allá de sus propios excesos, más allá de la boca que la juzgó, más allá de las mentes pequeñas que admiraron ciegamente su descontrol sin tratar de entender su naturaleza o génesis. Qué tonto es admirar o imitar el exceso por si mismo.
Que su voz nos acompañe hoy, mañana, en los próximos años, que nos sorprenda cada tanto recordarla con vehemencia con melancolía, con esa misma que la cubría y recubría de tanto enigma fascinante.

La otra Aracne

Contra la soberbia, humildad, suspira el fraile. Contra la soberbia, rebelión, gritamos los hombres.
Ricardo Flores Magón

Escupe arriba y se hace a un lado. La falsa hada tiene un imperio sentado sobre las ruinas de los que alguna vez algo bueno le vieron y alimentaron su reino confiando en su buen corazón.
Maestra esclavista, caporal de la bohemia, escupe arriba y se hace a un lado la araña proyectando su frustrado silencio en rabietas contra las personas equivocadas.
No importando contra quien, se estrella repartiendo amenes como cuervo amnésico y voraz. Torpe y oportunista, la "dama", escupe arriba y se hace a un lado segura de no mojarse jamás.
Y es groso error de los artistas soportar tanta saliva que de alguna forma le da la razón. Embadurnados en su ácido todos se prostituyen por tener un espacio en su castillo de cimientos contradictorios, en su cuchitril de sal convertido en todo un Tah Mahal (que, recordemos, también es un panteón).
Irreverente, escupe arriba y se hace un lado el camaleón. Me mentiría si no afirmara haberla escuchado cantar los himnos que ahora rechaza con tanto fervor. Me da risa su patetismo magnificado, su soberbia de saberse tan sin razón; tan sin sentido, con tan corta y obtusa visión.
¿Reflejo mi tibieza en estas letras? escupo arriba y me quedo sentado esperando mi propio gargajo. Porque eso es ser consecuente y a esto le llamo tener convicción.

jueves, 21 de julio de 2011

24

La vida suele oler a necesidad.
El mundo tiene olor a falta.
El sudor siempre es exceso,
el amor es simple frialdad.
El fanatismo es odio,
es ira la mediocridad,
tienen que ver codicia y fama,
es sinonimia pretensión y santidad.
Somos perfectos los borrachos,
son sinceros los de atrás
Daniela "canta en el fango como en la luna"
y el subterraneo es otra espontaneidad.
En Grecia hay silencios Brechtianos,
en Cinti hay vino y verdad,
las mujeres que han andado de mi mano
tarde o temprano me han sabido odiar.
Las que importan sueltan a sus perros,
las que no sueltan su beldad,
sabe mas un tuerto que un ciego
pero siempre un vidente sabe mas.
Cuatro y dos,
seis y seis...
aquí también hay entendimiento
siempre sabe mas el que sabe cantar.

miércoles, 13 de julio de 2011

Cabral casero

En homenaje a una vida ejemplar que no quedó debiendo nada a nadie

"Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida."

Facundo Cabral (1937 - 2011)

Hace tiempo que unas viejas cintas me presentaron a un gran poeta. Lo escuché tantas veces diciendo aquellas verdades que un día terminé cantando yo también sus palabras como si fueran las mías propias.

El hombre abría la boca para decir siempre cosas tan ciertas y claras que eran hasta difíciles de comprender por su exagerada sencillez. Nos cuesta tanto a los hombres saber que el universo es transparente que no nos damos cuenta de su esencialidad simple y de eso él sabía mucho.

Metida detrás de su enorme barba, una guitarra acompañaba esos conocimientos galácticos que se escapaban por su voz de forma tan bien dosificada. El poeta parecía pensar tan bien sus lecciones que siempre sus palabras encontraban el lugar adecuado para asentarse y germinar hacia adentro nuestro. Y no se ponía moralejo ni aconsejador porque el mismo decía que nadie podía dar consejos porque no había ningún hombre tan viejo.

Y ahora, días después de que alguien le quitara la vida por error – porque no hay otra manera de ver que se le prive de la existencia a un ser humano como este – aun sigo escuchando y sintiendo las vibraciones de su poética tan significativa y solemne.

Pronto uno reacciona con odio ante estas noticias pero poco duró esta vez la sensación iracunda que pereció rápidamente frente a la paz que, al menos por respeto, era necesario profesarle a esta víctima tan particular de la estupidez del hombre. De todos cabalito le tenía que pasar a él dije al final suspirando profundamente.

Y de pronto su vos retumbó entre los recuerdos, se hizo eco en los medios, despertó viejas noblezas, antiguos principios que se estaban enmoheciendo por falta de uso cotidiano y me sentí un mejor hombre recordándolo en paz como diciéndole “hasta más tarde” a un amigo que seguro nos estará esperando del otro lado.

Cuando murió Mercedes Sosa, este poeta dijo: “Mercedes no murió, se fue de gira”. Así mismo nos toca decir ahora a los que quedamos de este lado de las sombras para llenar de luz y melodía un momento tan delicado. Facundo está también de gira, así sencillo como él, este hombre que sabe partir con poca carga para hacer más liviano su viaje se nos ha adelantado y de seguro ahora nos ve con esos ojos bondadosos desde atrás de unas gafas oscuras y sigue escribiendo cosas importantes para susurrarlas en nuestros sueños más lúcidos para ver si algo más aprendemos.

jueves, 7 de julio de 2011

Soliloquios

Entendemos con los años que la soledad por elección es mas desleal que la naturalmente conseguida.
No es anormal escuchar a muchos tener la iluminación de saberse autodestructivos, pero es más común que todos se crean tan vivos y dichosos que no saben aceptar las innumerables celadas que a sí mismos se ponen, y mientras unos luchan por deshacerse de estos ataques, otros buscan perfeccionarlos.
Algunos están destinados a quedarse solos, aceptemos que hay gente, que sin desearlo, saborea el abandono como algo atado a su esencia personal. La gente ruin, que se cree demasiado como para alejar a los suyos, termina a veces recapacitando a la mitad de su vida para conseguir no morir sin que nadie se percate de su desaparición. La gente poco agraciada, lucha a menudo por endulzar su interior para atraer la compañía de sus semejantes y en ocasiones, los benditos por el carisma urden meticulosos y despiadados juegos que poco a poco los convierten en ermitaños.
¿Qué es este motor? ¿qué es esta sedición? ¿a qué se debe esta renuncia a los dones cósmicos?
A veces pasa que los espejismos hacen creer en la renuncia como proceso de purificación, en el castigo, en la autoinmolación como camino único a sentirse merecedores de la dicha.
Los caminos del hombre son confusos pero siempre lo terminan llevando a donde se merece estar.

lunes, 4 de julio de 2011

Jugarretas


Pequeña criatura con ansias de conquista,
de mirada insana, de poses histriónicas.
Pequeña fiera tan joven y lúgubre,
niña inquieta, dama sin torre ni dragón.
Un juego se juega siendo parte de él,
se levantan telones, se recorren pasadizos,
se aceptan reglas básicas, se trazan planes,
estrategias y objetivos puntuales.
Mientras fingen unos y otros,
los de más allá observan todos los roles,
aquellos de Sión no son los únicos que saben
y hacerse pasar por ciego más que una maña es un don.
Una vez empezado el juego, los límites se marcan solos
los jugadores esperan su turno y mueren otras expectativas
cada partido dura lo que dura
cada juego de estos es simplemente temporal.
Allá tu con tus trofeos pequeña criatura extraviada,
aquí yo con mis consuelos de soledades desesperantes
mientras sigas lanzando los dados seré parte de la magia
y un día sin aviso me habré cansado de jugar.

domingo, 3 de julio de 2011

un viejo temita


Una canción sacada del pasado sólo para poder compartirla, tan linda ella...

ADRIANA

Dónde estás Adriana
que me esquivas o te pierdes
otra vez, de nuevo al tiempo
que ha pasado sin tenerte.

Tu recuerdo brilla
en este intento impertinente
de tenerte aquí a mi lado,
de querer ya no perderte.

Aunque tu estés lejos
y esa sea mi tortura.

No quieran tus pasos
que ese sea mi destino
y que tomes otro rumbo
y no te quedes conmigo.

Tu mirada clara,
el dulce de tu boca,
tu mi luna

Ven a conquistar el tiempo con tu rostro
para que nos lluevan mañanas,
desde lo profundo del abismo de tus ojos
ven a conquistar el tiempo por nosotros.

lunes, 20 de junio de 2011

Enhorabuena! año 5519

LEYENDA (Silvio Rodrigues)

Al amanecer
algunos ojos ya eran de la oscuridad
y huyeron hacia las tiniebas del ayer
con un puñado de semillas por sembrar
con un puñado de promesas por crecer
y amar
Pero salió el sol
y se elevó sobre la tierra siempre más
secando el frío nocturnal dando calor
regocijando al mundo con su prodigar
irguiendo al viento un poderoso corazón
de amar
Y su luz subió
saltando las montañas traspasando el mar
regando el mundo con su cálida verdad
su cálida razón
esparciendo la claridad
como una estación
Era bello el sol
que se elevaba sobre el mundo siempre más
con su destierro de nevadas su canción
su semillero en jubiloso despertar
erguido al viento el poderoso corazón
de amar
Y su luz llegó
al reino oscuro a las torres del ayer
y la cimiente arrebatada de su amor
sintiose renacer
al contacto de su calor
y de su quehacer
Luego al final
a la hora en que se suponía atardecer
sintieron que la luz quedó en su respirar
como una sangre de la atmósfera un poder
un pacto eterno con la claridad solar
con sed.

FELIZ AÑO NUEVO

domingo, 19 de junio de 2011

Relato místico

Oscuro tras sus propios pasos

La princesa negra admira su inmenso desierto, ella es dueña de todo lo que ve, y detrás de las cálidas dunas que se pierden en el horizonte están las otras ciudades que también son suyas.

Ella vive en su palacio junto a sus hermanas y hermanos, todos la miran guardando ese silencio y se van luego a sus balcones para suspirar por sus propias tristezas reales mientras en los salones los descendientes más jóvenes rompen la noche con juegos bulliciosos.

El falso príncipe se fue en su camello a perderse entre las dunas y ella ya no mira al horizonte intentando encontrar su silueta con esa enorme luna a trasluz.

La princesa negra se está volviendo azul. Hace tiempo dejó de creerse princesa y se dejó cegar por un vagabundo que se hizo pasar por sufí. Se ponía los mejores collares de nácar para impresionarlo pero él solía cambiarlos por comida para sobrevivir.

El falso sufí caminaba de espaldas como un cangrejo para ver el sendero que dejaban sus pasos. Él necesitaba de la princesa para ver por donde iba pero la princesa no guiaba su caminar y simplemente lo seguía creyendo que él conocía todos los caminos, así que en realidad ambos caminaban a ciegas.

Los padres, hermanos y hermanas de la princesa creyeron que el sufí era un extraño príncipe y hasta el sufí creyó serlo, y lo fue. Pero, aquellas tan lejanas, no eran sus tierras ni su dominio así que el príncipe cangrejo terminó perdiéndose sólo en el desierto dejando atrás a la princesa que no era su princesa y a su familia que creyó que la princesa negra fue abandonada.

Y hasta la princesa fue convencida del supuesto abandono y así maldijo al príncipe – que no era su príncipe – convirtiéndolo en al falso príncipe ante los ojos de todos sus súbditos y familia.

Pero el desierto no es el desierto del sufí y la luna no es su luz – al menos no esa luna tan de febrero o marzo.

Por eso, seguramente, el peregrino: primero andrajoso, luego ungido, maldito y despreciado, sigue andando tras sus propios pasos pasados esperando ver su luna y encontrar a su propia princesa de color mientras en el palacio de la princesa negra, todos la siguen mirando en silencio, enojados con el falso sufí sin entenderlo