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miércoles, 19 de agosto de 2015

El cristal con el que se mira

Hoy las noticias deprimen
siempre deprimen pero hoy están peor,
debe ser porque el mundo deprime,
porque todo es más oscuro
de este lado del cristal con que se mira.
Y no es simple polaridad
parece equilibrio roto,
balance fuera de eje,
contraste injustamente incrementado.
El mundo de este lado es jodido.
Uno, si valía, ya no vale nada
y si no valía debe valor y bebe
porque de pronto todo nos conmueve
y por dentro todo nos rebalsa
y el universo prosigue
sin vos porque no vales nada
sin vos porque nadie te extraña
sin vos porque tu mismo te guardas.
De este lado es otra cosa
aunque nada haya cambiado en el mundo.
De este lado viven las arañas
las víboras y los murciélagos,
de este lado los cuervos les pican los ojos a sus reflejos.
De este lado es como si todo refractara
y de pronto nada estuviera en su sitio
porque aunque sabes que nada ha cambiado
todo parece distinto
porque el mundo que era feliz deprime
aunque sigue siendo el mismo. 

jueves, 13 de agosto de 2015

El tiempo es tiempo

Dicen que lo que te mata es el tiempo
 que el tiempo es el canalla,
el incomprendido,
el exquisito.
esa adicción que no es vicio
ese es el tiempo que mata
de él es el universo
el universo y sus distancias
y por eso dicen
 que lo que te mata es el tiempo
porque apremia
y de pronto vale oro
porque alguien le puso precio.
Pero no es el tiempo el que te mata
tonterías como el olvido matan
la presencia/ausencia que no es nada
cuando sabemos que el tiempo es tiempo

domingo, 2 de agosto de 2015

Tramo

Adormecido, como pez fuera del agua con esta rutina rota, no termino de comprender la profundidad de los cambios.
Aturdido, vibrante como cuerda de guitarra me desafino y no entro en tono tras este arañazo predecible.
He quedado bailando sólo en medio de la pista, el silencio es absoluto y ahora que me percato, el local está completamente vacío, sin parroquianos, sin mozos ni guaruras, ni fantasmas quedan en el sitio y el eco de mis palpitares tímidamente resuena en las esquinas empolvadas y llenas de telarañas.
Es como si siempre hubiera estado sólo, como si el ambiente, las luces, el ruido y las personas jamás hubiesen estado a mi alrededor.
Silencio.
El camino se prolonga, una carretera por delante se abre en interminables curvas que esperan mis pisadas pero pareciera que camino por andar sin nada que en verdad me motive a continuar en movimiento.
Levanto la mirada y el horizonte sigue ahí, tal cual lo dejé la última vez que lo vi.
Piloto automático.
Vagabundo, errante errático, sin ganas de preguntarme nada descanso a la sombra de mis recuerdos, la luz de la pantalla ilumina mi rostro y en mis ojos vacíos no hay rastro de emoción alguna.