¿Y qué se hace con tanto talento?, pues, se hace una obra como "El bululú".
Hace dos noches tuvimos la suerte de asistir a un trabajo fantástico llevado adelante por el versátil Oski Guzmán que nos ofreció un espectáculo en el que se hiló, diseñó y confeccionó una serie de universos a los que el público fue invitado - no, mejor: seducido - a visitar de la mano, el cuerpo y la voz de un actor de primera.
El trabajo, que es una adaptación de aquel bululú de José María Vilches, fue realizado con la colaboración de Leticia González y llegó desde la Argentina juntando el oro de un siglo de letras en España y la plata de una Sudamérica tan llena de diabluras y picardías propias.
El espectáculo transcurre sin más artilugios que la habilidad y carisma de Guzmán que entretiene y hasta conmueve, pese al registro cómico que predomina, y poco a poco, va llevando al espectador a un final en el que - como él mismo advierte - se ha pensado cada detalle para terminar de hacer la costura de forma correcta.
El bululú es un espectáculo hermoso cuyos responsables lograron, en cierta medida, aminorar la decepción que causó la baja calidad de la mayoría de los espectáculos extranjeros que hubieron en esta versión del FITAZ.
Agradecidos por la precisión y belleza del trabajo de Oski Guzmán y por la calidad humana de estos dos visitantes argentinos, no queda más que despedirnos de lo que fue este Festival Internacional de Teatro de La Paz 2012.
No hay comentarios:
Publicar un comentario