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viernes, 6 de junio de 2014

Arrebato

"Pues Dios os juzgará de la misma manera que vosotros juzguéis a los demás;
 y con la misma medida con que midáis, Dios os medirá a vosotros." (Mt. 7:2) 

Esa lengua viperina salió de su cueva veloz y ponzoñosa,
quiso esparcir su veneno y ansiosa no supo escuchar en stereo.
Presurosa juzgó y sacó conclusiones,
infame saltó en desenfreno y convulsiva,
ensordeció al propietario y no pidió explicaciones
pues, a veces, la verdad de dios descansa en su soberbia.
Pero ¿como juzgar su arremetida sin preguntarme sus motivos?
Leves son las sedas al oído
y esa sutileza puede enceguecer otros sentidos,
como el común, como el del tiempo,
como el de lo cierto
que de uno a otro ser, no suelen ser lo mismo.
Vaya uno a saber la razón de su arrebato,
vaya a saber qué fue lo que la fue tentando,
resta respirar, tomar impulso y seguir:
zapatero a tus zapatos.

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