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miércoles, 13 de julio de 2011

Cabral casero

En homenaje a una vida ejemplar que no quedó debiendo nada a nadie

"Y que no te confundan unos pocos homicidas y suicidas, el bien es mayoría pero no se nota porque es silencioso, una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, hay millones de caricias que alimentan a la vida."

Facundo Cabral (1937 - 2011)

Hace tiempo que unas viejas cintas me presentaron a un gran poeta. Lo escuché tantas veces diciendo aquellas verdades que un día terminé cantando yo también sus palabras como si fueran las mías propias.

El hombre abría la boca para decir siempre cosas tan ciertas y claras que eran hasta difíciles de comprender por su exagerada sencillez. Nos cuesta tanto a los hombres saber que el universo es transparente que no nos damos cuenta de su esencialidad simple y de eso él sabía mucho.

Metida detrás de su enorme barba, una guitarra acompañaba esos conocimientos galácticos que se escapaban por su voz de forma tan bien dosificada. El poeta parecía pensar tan bien sus lecciones que siempre sus palabras encontraban el lugar adecuado para asentarse y germinar hacia adentro nuestro. Y no se ponía moralejo ni aconsejador porque el mismo decía que nadie podía dar consejos porque no había ningún hombre tan viejo.

Y ahora, días después de que alguien le quitara la vida por error – porque no hay otra manera de ver que se le prive de la existencia a un ser humano como este – aun sigo escuchando y sintiendo las vibraciones de su poética tan significativa y solemne.

Pronto uno reacciona con odio ante estas noticias pero poco duró esta vez la sensación iracunda que pereció rápidamente frente a la paz que, al menos por respeto, era necesario profesarle a esta víctima tan particular de la estupidez del hombre. De todos cabalito le tenía que pasar a él dije al final suspirando profundamente.

Y de pronto su vos retumbó entre los recuerdos, se hizo eco en los medios, despertó viejas noblezas, antiguos principios que se estaban enmoheciendo por falta de uso cotidiano y me sentí un mejor hombre recordándolo en paz como diciéndole “hasta más tarde” a un amigo que seguro nos estará esperando del otro lado.

Cuando murió Mercedes Sosa, este poeta dijo: “Mercedes no murió, se fue de gira”. Así mismo nos toca decir ahora a los que quedamos de este lado de las sombras para llenar de luz y melodía un momento tan delicado. Facundo está también de gira, así sencillo como él, este hombre que sabe partir con poca carga para hacer más liviano su viaje se nos ha adelantado y de seguro ahora nos ve con esos ojos bondadosos desde atrás de unas gafas oscuras y sigue escribiendo cosas importantes para susurrarlas en nuestros sueños más lúcidos para ver si algo más aprendemos.

2 comentarios:

Bernabé dijo...

buena brother,sigue adelante.

Zu dijo...

...con una milonga alcanza.