En facebook

martes, 15 de mayo de 2012

El valor de lo que se comunica (no de lo que se pretende comunicar)

El proceso de comunicación es algo fascinante y complejo.
Un sujeto A, intenta mandar a un sujeto B un mensaje C; es eso básicamente. Pero ¿qué hace que ese mensaje C sea lo mismo para ambos sujetos?. A, podría estar intentando explicar con saltos y gestos que una casa se incendia mientras B lo mira sonriente, complacido por las simpáticas monerías de su interlocutor.
Es ahí donde entra el código como conjunto de reglas propias de cada sistema de signos y símbolos que el emisor utiliza para trasmitir su mensaje, Ejemplo: la gramática de los idiomas, en la informática serán los algoritmos, el sistema de rayas y puntos del morse) .
Pero pese a esto, el valor del mensaje no siempre es el mismo aunque el código así lo pretenda. Recordemos que el mensaje es el contenido mismo que se quiere transmitir, la información que se envía, ese conjunto de ideas y sentimientos que se intentan expresar y salen codificadas de aquel primer emisor.
Sea como sea, será siempre el receptor el que termine sentenciando el mensaje y lo que significa, el le dará un valor final que, compartido - a través de un proceso idéntico - con el emisor inicial (que pasa a ser receptor) creará la llamada retroalimentación (feedback). Y es recién ahí que esos valores de emisión y recepción se nivelan un poco creándose convenciones más sólidas y profundas.
El feedback permite entonces que aquel mensaje que se transmite sea cada vez menos equívoco y es por eso que lo que se comunica, pasando por este proceso completo, tiene un peso cada vez mayor y con menos posibilidades de ser malinterpretado.
Lo comunicado, bajo el soporte del feedback, suele ser cada vez mas lo que en verdad pretende significar.

2 comentarios:

Lilyth dijo...

Eso es cierto hasta un punto, porque, según lo que creo, todos miramos el mundo a través de unas gafas, digamos que estas gafas están determinadas por quienes somos, por lo que nos condicionan a mirar el mundo desde una perspectiva. Sigamos con el ejemplo de las gafas, alguna vez te has puesto unas con el vidrio color amarillo? Por mucho que quien te de un mensaje, te lo muestre, lo gesticule lo escriba o lo dibuje, no seras capaz de ver que una pared es blanca. Estas condicionado a mirar las cosas de acuerdo al color de gafas que llevas puestas (hablemos claro y digamos experiencias personales) y mediante el feedback es cierto que podemos acercarnos a la verdad, pero sucede, sobre todo en temas importantes, que al dar un feedback repetimos el mensaje de manera idéntica otorgándole en nuestra mente una explicación personal. Es mi modo de ver la vida a través de mi gafas color Lilyth ;)

Alejandro González Romero dijo...

jejejeje ;) un feedback bien ejecutado hace ver al emisor inicial lo que el receptor entendió y le permite evaluar sientendio en realidad lo que se quiso decir en primera instancia, pero como ambos decimos: se prefecciona sin llegar jamás a ser perfecto ;)