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lunes, 16 de julio de 2012

Valía adormecida


"Las personas con una imagen sana de sí mismas exigen respeto de los demás. Ellas mismas se dan buen trato, y con ello le indican al resto de la gente cómo debe tratárseles." 
(Andrew Mattheus)

Hemos dejado de respetarnos. A nosotros y entre nosotros.
En algún momento, los medios, el post-modernismo, las personas ya dañadas, la publicidad, el consumismo (siempre necesitado de gente que se sienta cada vez mas incompleta) han menoscabado la imagen que tienen los jóvenes (y no tan jóvenes) de si mismos.
El respeto a uno mismo ya no es algo que se busque y paralelamente, se ha disfrazado de juego el irrespeto.
Las mujeres ya no quieren ser damas y detestan ser tratadas así, se refieren con mayor frecuencia a sus amigas con términos vulgarizantes y soportan la pulla indecente de los congéneres del otro sexo dejando en evidencia su poca capacidad de valoración personal. (El asunto va más allá de lo antojadizo de la temática de equidad de género y liberación femenina que sin duda tiene poco que ver con hacerse valer por lo que uno hace y no por lo que se aparenta). ¿Que acaso no queda claro que es contradictorio autodenominarse liberado para luego dejarse denigrar a la primera oportunidad?.
Hombres y mujeres van en el mismo tren, y en picada.
Cada vez con mayor frecuencia, las poses son más comunes que la profundidad de pensamiento y la consecuencia con los ideales. Decir tonterías y opinar, basados en la primera estupidez que se leyó en la red social de su preferencia, se ha convertido en un hábito. Cada vez más en masa, domados, adormecidos, silenciados y sin valer lo suficiente como para salvarse a si mismos.
El salir del rebaño, como siempre, pone al lúcido en el ojo especulador del conjunto; los peyorativos saltan pronto y los dedos apuntan con facilidad. Mientras más devaluado, más atacado se siente el receptor de una sana crítica sin saber que "cuidado, responsabilidad, respeto y conocimiento son mutuamente interdependientes"* y el asunto aquí abordado, va de humano a humano, ni más ni menos.

/ *Erich Fromm

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