Así mismo, es el momento de dar gracias a la tierra y al sol, así como a la luna.
Al igual que en nuestra cultura el año nuevo aymara es el momento para hacer votos de renovación, sólo que a diferencia de las costumbres occidentales esta fiesta tiene relación directa con un hecho astronómico, el momento en que la distancia entre la tierra y el sol es mayor: por esta razón la noche, víspera del retorno del sol, es la más larga.
Los primeros rayos que llegan desde el este alimentan el espíritu y purifican el cuerpo, es momento de celebrar; se sacrifica a la llamita y se disfruta del ajtapi comunario, luego vendrá la música y los bailes; Manqa Pacha y Alax pacha se han encontrado.
El sol ya se ve sobre los tejados y los piés deben recorrer el regreso a casa. El espíritu es nuevo, la tecnología se perdió durante las danzas (comienzo el año incomunicado) y el cuerpo insiste en intentar desobedecerme. Es tiempo de renovación, es tiempo de agradecimiento, es tiempo de comenzar el nuevo ciclo, los mundos de lo visible e invisible se manifiestan ante nosotros en su encuentro este año 5.515.
2 comentarios:
feliz 5515 querido!!!!
q lindo blog! un gusto
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