Así lo hicimos: nos pusimos sombreritos, pantalones de tela, camisitas y todo. Uno de los amigos sacó el temita hasta en concertina para darle más airesito y aunque sólo éramos cuatro músicos, algo de la melancolía de calles sucrenses despertando bohemias estudiantiles se pegó a nosotros los dos días de filmación.
Así ayudamos a mi amiga (chica del amigo que hizo la solicitud) a la realización de un par de tomas importantes para su documental y de esta misma manera me regalaron un regreso a la música tradicional... esa tarde volví a casa directo a desempolvar el disquito de "música de mastros".
3 comentarios:
Está nice tu cronica, pai loco!!!
y la foto salió de la puta tambien..
pacho pacho, si la ves, no le digas q me has visto...no le digas que la quiero.
Me encantaría ver ese documental.
Un saludo desde la ciudad de los anillos.
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