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martes, 2 de septiembre de 2008

El Cíclope

De Eurípides, nos quedan 18 tragedias y una comedia o farsa: el Cíclope, que retoma y transforma la leyenda contada por Homero en el capítulo nueve de la Odisea.
El cíclope (Polifemo), hijo de Neptuno, monstruoso pastor gigante con un ojo solo incrustado en su frente, amoral, despiadado, desconoce las leyes de la hospitalidad, devora a los que naufragan en sus tierras, y se burla de hombres y dioses. Tiene como esclavos a Sileno y sus hijos.
Sileno, antiguo servidor de Dionisio, mitad cabra y mitad hombre, viejo astuto, cobarde, vicioso, es el verdadero motor cómico de la farsa y prefigura al siervo de las comedias. Ulises, regresando de Troya, es llevado por el viento hasta la costa de Sicilia y hecho prisionero por el Cíclope, ve devorar cada día a sus compañeros hasta que logra, luego de emborrachar al monstruo dándole vino, cegar su único ojo con un palo ardiente.Ulises escapa con Sileno y sus hijos dejando al Cíclope ciego y vencido. Nuestra versión ha tomado la trama de la de Eurípides, pero hemos reescrito totalmente el texto en versos. Lo hemos ambientado en un lugar cualquiera de Bolivia, donde los esclavos se han vuelto presidiarios, el Cíclope un carcelero y Ulises un náufrago de la marina de agua dulce boliviana.
El culto que el Cíclope rinde a su barriga y su avidez nos parece absolutamente actual, como también lo es la cobardía y astucia de los esclavos que protestan pero no se atreven a combatir a su cancerbero. Si el Cíclope es figurado con grados militares y no como un político,(el actual ladrón y socavador de nuestras democracias) se debe sobre todo a una razón teatral: no hay un hábito que identifique inmediatamente al político, sí al militar. Nos propusimos entretener y divertir a un público casual encontrado en patios y plazas, y a través de esa diversión, hacerle reflexionar. Los esperamos!

Fragmento
(...) - Cíclope: Sabio es quien almacena hombrecito, sus tesoros, ese es el dios: el del oro, el de la panza y la cena. A nada le tengo miedo y si una tormenta estalla, en mi cueva junto al fuego, calmo espero que se vaya. Me preparo un rico asado devorándome un cordero y panza al aire yo espero, bebiendo un barril de leche, que el tiempo mejore y eche otro clima más benigno. Y si truena, ese es el signo que mi digestión aumenta, pedos doy a la tormenta y su ruido no me alcanzami dios está aquí, en mi panza(...)

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