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lunes, 23 de enero de 2012

Síntomas

Pareciera que el cuerpo me advierte a cerca de próximas heladas. Decepciones que podría estar dejando acercarse, dudas renacidas, fantasmas persistentes, despropósitos cíclicos, sucesos aun incomprensibles.
La rodilla ha vuelto a causar molestias. ¿quién podría asegurarme que no es una somatización normal derivada de un "mal paso"?
Aunque todo pareciera últimamente resplandecer, debo aceptar que todos los vacíos que se me fueron acumulando en tantas veces que invertí emociones pesan más al recordarme la ausencia de una persona con la que compartir estos tiempos de vacas gordas.
Los huesos me hablan de futuros fríos; estas articulaciones de anciano me recuerdan que el tiempo se agota, que el desengaño ha sido el pulso de esta existencia tan llena de buenas intenciones. Distancia sobre distancia, tiempo sobre esfuerzo, kilómetro a kilómetro se me han vuelto ronchas los amores y el soliloquio es modo único de redireccionar mis a veces flacas energías.
Tengo una chalina impregnada en perfume, una serie de lagunas mentales, extraños números simulando ser aparecidos terroríficos que salieron a pasear conmigo esa última noche colmada de excesos y una cabeza que no entiende lógicas y sigue queriendo creer.
Sigo siendo ese demonio: el truhán, el malviviente, el admirado Casanova, que detenta su disfraz avergonzado pese a la admiración a su alrededor.

3 comentarios:

pietila dijo...

un mal paso necesita tiempo nomás pa' curarse. muchos besos y buena energía querido pachuy.

Alejandro González Romero dijo...

agradecido querida Dan :)

Alejandro González Romero dijo...

agradecido querida Dan :)