En facebook

lunes, 18 de junio de 2012

Abundancia y exceso

Desear tener todo es avaricia. 
Sólo se debería pretender lo que se necesita pues, conseguir aquello, es suficiente para sentirse satisfecho.
Las oportunidades tienen fecha de vencimiento porque cada cosa tiene su lugar en una linea temporal concreta; y aunque pudiésemos tener más de lo que precisamos gracias a la aparición de mas oportunidades, tenemos también que aprender a dejarlas pasar a veces porque aparecen anacrónicas o simplemente porque ya se tiene satisfecho lo que ofrecen.
Los que pretenden demasiado terminan siempre insatisfechos y luego, consumidos en su delirio egoísta, creen que los que no piensan igual son seres mediocres. 
Cada uno ve desde sus filtros, cada quien piensa como le place sobre una situación concreta y sólo en la exteriorización de ese pensar encuentra la posibilidad del contraste en el pensar del otro y esto nutre nuestras perspectivas.
Discernir no es ver lo bueno o malo sino simplemente lo conveniente o inconveniente de algo, ya sea una persona, un bien o un conocimiento. Un sentido poco desarrollado el del discernimiento y cada vez mas atrofiado por esta avaricia que no nos otorga el poder de decidir y nos convierte en ciegos perseguidores, en ávidos pero ignorantes consumidores.
Sabemos que la renuncia es dolorosa y la abnegación muchas veces mal recompensada pero permanecer deseando más de lo que necesitamos es no saber reconocer los dones recibidos. No hablamos de gratitud teológica, sino del reconocimiento a lo que uno mismo ha conseguido caminando y siendo. 
Casi todos tienen más de lo que necesitan y poco a poco estamos acostumbrándonos a desear mirando al vecino. Hemos olvidado que el deseo debe basarse en lo que uno mismo necesita y no en lo comparativo de lo que consiguieron los demás.

No hay comentarios: