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lunes, 11 de junio de 2012

Secuencias y ciclos

¿En que termina ese conteo de capítulos que hacíamos de nuestras vidas? ¿A donde pretendemos que nos lleve ese medir, ese tazar tan desesperado?, ¿qué nos lleva a todo ese eterno calcular de pasos y posibilidades?
Cada uno es un ser-para-la-muerte y pierde incontables segundos atemorizado por el devenir incontrolable de los sucesos. Cada decisión se hace proyectando la energía hacia la incertidumbre del futuro y cada proyecto es sólo un golpe de voluntad que busca precipitar ciertas cosas que tal vez sucederían antes si las dejáramos caer por si mismas.
Nudos y desenlaces tan continuados, tan en secuencia; tramas que se van tejiendo como intrincadas telarañas dispuestas a alojar y retener, a liberar o consumir; la vida no es más que una montaña de experiencias apiladas, apiñadas u ordenadas y archivadas en orden cronológico. A veces es recuerdo difuso, imagen y sonido reprimidos o indeseable suceso inevitado.
Página tras página se van escribiendo nuestros mundos. Se desnudan como alcachofas los secretos del universo mientras la promesa de la infinidad de los ciclos se hace cada vez más aprehensible.
El humo es ahora olvido, mensaje, errata, suspenso y cierre. Es inicio y fin, alfa y omega, es presencia continua y sonrisa precisa mientras el tiempo se adapta como líquido a la fuente que lo contiene en los relojes.
Hemos pedido tanto como mendigos que se hace raro no pretender más de lo que hubo. Cada quien aprende tarde o temprano que lo que se obtiene no es diferente a lo que se pierde o no se tuvo. Cada cosa, suceso o persona es independiente como numero exacto en una linea sintónica radial y su relación con nosotros en un punto preciso del espacio-tiempo no crea una diferencia en sus elementos esenciales. Es como que a cada cosa en el mundo no le importara haberse chocado con todo lo que le coexiste debido a lo pequeño que es ese suceso dentro del incontable número de universos paralelos en los que dicho encuentro no sucedió.
No somos tan importantes; nada lo es y por esto todo es invaluable. ¿en qué sino termina todo este contar de capítulos? 

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