El viaje (crónica única)

Partí un sábado por la tarde para llegar muy temprano por la mañana a la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.
De la terminal me fui directo a "Los Pozos" para tomar de ahí el expreso que me llevaría a San Julián a donde llegué casi sin haberme dado cuenta del largo trayecto recorrido.

Allá busqué a la profesora Jhovanna que fue la que consiguió hacer posible este proyecto con la ayuda de la unidad educativa de "La asunta" y el templo católico de aquella comunidad. (a todos reitero mis agradecimientos).

Hubo bastante tiempo libre que me permitió inicialmente concluir la lectura de un libro al que había postergado demasiado tiempo "El jugador" de F. Dostoyevski. Al contrario de lo que pensé antes de empezar a leer la mencionada novela (cuando no los prejuicios!) me encontré con un libro fluido y facinante.

A los dos días de haber comenzado a dictar el taller de teatro que me condujo hasta aquellos paisajes, el libro se había terminado y yo había quedad en ese estado en el que el libro terminado de leer fue tan bueno que despierta la necesidad - o mejor, el deseo - de leer otro. Así acudí a la profesora que me terminó prestando el libro "Orgullo y prejuicio" de Jane Austen que me dejó encantado por su enorme sencillez y fluidez. Me dije que con razón era una de las obras de habla inglesa más conocidas. Más adelante haré un buen post sobre cada uno de estos libros.

El taller concluyó, la satisfacción de los alumnos fue grande, tal vez comparable con mi satisfacción personal sobre la experiencia y así mismo me hicieron notar su conformidad las autoridades respectivas del lugar y se habló de la posibilidad de repetir la experiencia mas adelante.

Rápido llegó el viernes y regresé a la ciudad de Santa Cruz por la tarde, visité a muchos amigos y fui recibido de muy buena manera entre ellos... fue una experiencia muy lindo sentirme aun acogido en una ciudad que pensé en algún momento que ya no me podía ofrecer mucho. Sin embargo la ciudad sigue ahí, con los amigos, las amigas y la gente que junto a ellos pareciera caminar esperando un buen momento para conocerte.
Cené en casa de mis amigos Christian y Mary Carmen y ahí me encontré con otros amigos. Entre ellos estaba una amiga que es casualmente la pareja de otra amiga (Anita) que hace más de una año atrás me había salvado la vida ofreciéndole trabajo haciendo encuestas telefónicas a mi ex pareja. El mundo es diminuto me repetí sin saber aun lo que al día siguiente sería una velada mágica en compañía de tantos amigos del teatro que justamente se estaban reuniendo en casa de mis amigos Ale y Su.

Gran viaje, el regreso me devuelve ahora al trabajo con los títeres y a la expectativa de los recorridos por venir, levanto el rostro y me encuentro un sol radiante en la ciudad.