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martes, 24 de marzo de 2009

El Jugador

Hace poco mi hermano me había aconsejado que leyera el libro "El jugador" de Fedor Dostoyevsky y poco después, ya en Sucre, mi amiga Ximena resultó tenerlo y amabelemtne me lo prestó.
Tal vez por una cuestión de prejuicios (que son propios de la ignorancia), creí con cierta seguridad que me encontraría con un lenguaje rebuscado y con un relato pesado y tedioso viniendo de un autor tan conocido, de un teórico tan maravilloso. Grande fue mi sorpresa al encontrarme frente a frente con las páginas de este precioso libro.
El jugador podría resumirse como la historia de un ruso cualquiera (no de cualquier ruso) en un país extranjero . Se trata de un hombre muy sapiente en muchas cosas y un tanto iluso en otras muchas "un poeta a su manera (...) un ser de carne y hueso" - dijo a cerca del protagonista el mismo Dostoyevsky.
Al contrario de los fantásticos personajes que gobiernan los hechos del libro del que hice la anterior reseña, este está inundado de caracteres extraídos directamente de la realidad - por lo que pude indagar al momento de hacer esta reseña - pero colocados a veces en situaciones diferentes a las que pertenecían. Prueba de este reflejo claro de lo vivido por Dostoyevsky está el nombre del personaje Paulina Alexandrovna que sería en realidad Paulina Suslova, una joven nilihísta con la que intimó este reconocido autor ruso al regreso de su primer viaje a Europa.
El libro comienza siendo una especie de teoría a cerca del comportamiento de los jugadores y pronto se convierte en una verdadera novela en la que el personaje se involucra en una serie de enredos amorosos y azarosos que giran, al rededor de otra rueda que gira - a su vez - haciendo saltar una pequeña bolita metálica frente a gente que gana y pierde dinero sobre un paño verde en un lugar llamado Ruletaburgo.
Se aborda el tema de la adicción a los juegos de azar de forma tal que el mismísimo lector - ya involucrado e inmerso en la trama - se inserta en la negación o incredulidad de que algo así pueda ser posible.
Una obra excelente de este excepcional moscovita de cuya vida se podría tal vez hablar tanto como de sus obras.

2 comentarios:

Lilyth dijo...

Hace poco charlaba con un amigo y tuve que confesar que nunca he leído a un autor ruso... en sus palabras me dijo que eran unos cracs y que tal como el comediante (cita a una película de antiheroes llamada Watchmen) ellos si saben de la vida... tendré que ponerme a leer un poco de estos hombres, es una señal jajaaj

Alejandro González Romero dijo...

JaJajajA como la serie de señales que me llevaron a dar con el mismo libro que te está dando esta "señal" JajAjaJa.... (Quieeeetas chúcaras "coincidencias"!!! Jajajja)