En facebook

viernes, 8 de abril de 2011

Sta. Cruz Crítico (1ª jornada)

Dentro del marco del Festival Internacional de Teatro de Santa Cruz de la Sierra 2011 organizado por APAC, voy dejando mis apuntes como ejercicio crítico. (*)

Reflexiones del payaso urbano

La obra, de permanente actualidad, nos ofrece una mirada a los submundos del abandono que regalan las grandes ciudades.

La genialidad del texto de Alejandro Jodorowsky, asumido con gran altura por Marcos Malavia dentro de los códigos del clown, mostró una gran claridad de objetivos escénicos – logrados en su mayoría – dejándonos una función rica en imagen, fuerza y dinamismo, estructurada en fragmentos; en diversidad de historias y relaciones.

Esta estructura fue tal vez la que permitió a varios miembros del elenco resaltar del grupo, que en general, contó con actores de g

ran valía. Esto se debió a la formidable construcción de personajes (esencial dentro de esta línea teatral) conseguida por actores como Raymundo Ramos y Judith Galdámez, ambos de fuerte y esencial presencia en la presentación y de Mónica Fernández y Fernando Azogue que tuvieron estupendos momentos de lucidez indiscutible entre otros.

La estética en la obra, planteadas claramente por el director Malavia y el asistente de dirección y luces Ariel Muñoz se reflejó en una escenografía y vestuario compatibles que jugaron su rol a la perfección, permitiendo que los signos visuales concedieran la posibilidad de contrastes que reforzaron, el sistema lingüístico que se utilizaban en la propuesta, particularmente resaltable en determinadas escenas en las que la iluminación misma se sumaba acertadamente al lenguaje propuesto.

Siempre es clara la dificultad de mantener ritmos tan vertiginosos durante la totalidad de obras de esta duración, sin embargo, este elemento, fue manejado, dentro de lo que se pudo, gracias al buen trabajo de enlace entre escena y escena que dejó sólo en un par de ocasiones espacios de silencio no deliberados.

Por lo demás, cabe resaltar ante tod

o: la coherencia de signos, símbolos y lenguaje que fueron en si el hilo conductor que permitió una buena relación de los demás sistemas escénicos y cuestionarnos a cerca de las incontables salidas de los actores a recibir aplausos que – pese a responder esto al mundo del clown – sólo nos permitió, a algunos en el público, apreciar finalmente el peso del tiempo en la duración de la obra.

Obra: Ópera pánico / Grupo: Escuela Nacional de Teatro

Autor: Alejandro Jodorowsky / Dirección: Marcos Malavia

Duración: 90 min.


Los Pepenautas en la casa de Bernarda

Son claros los elementos globales a ser tomados en cuenta dentro de la propuesta de la compañía teatral Ditirambo que trabajó con una verdadera constelación de actores bajo la batuta de Luis F. Jiménez.

Aquí debemos tomar en cuenta el juego de contextualizaciones y descontextualizaciones propuestas en esa tan bien lograda estratosfera bufonesca, la trascendencia de autores como García Lorca y Ernesto Caballero, la indiscutible calidad de los actores y ante todo el brío necesario para una propuesta tan temeraria.

Volver a ese teatro con actores varones interpretando papeles femeninos, con una amalgama de textos y contextos entre clásicos, locales, actuales y coyunturales sin más plétoras, y envolverlo todo en la complejidad desnudante y enmascarante del bufón sin desistir o fracasar en el intento, es sin duda un elemento escencial a ser tomado en cuenta completamente a favor de esta creación colectiva que supo juntar las historias de “la casa de Bernarda Alba” y “Pepe Romano” de los autores mencionados en el párrafo anterior.

La obra, que contiene un discurso, propio del ambiente en el que se circunscribe (pasional e irreverente), supo ser coherente la mayor parte del tiempo pese a que resbaló muchas veces con el humor fútil propio del teatro popular (que con una mayor carga de sorna o ironía, podría haberse integrado a la atmósfera del bufón pero se alejó de ella por jugarse, a veces, en lo fácil de la morbosidad, siempre complaciente con el público, pero de exagerada simpleza) y pese al perjuicio que le provocó la intermitencia de ritmos y dinámicas confusas.

Las actuaciones de cada uno de los miembros del elenco, que respondieron por demás a su trayectoria, permitieron cambios de apariencia resaltables y un uso formidable del espacio escénico y los elementos plásticos y sonoros.

En fin, el trabajo con muchos más puntos a favor que en contra, consiguió su objetivo de poner en evidencia las miserias humanas desde su óptica contrapicada y su estética y líneas tan aventureras que permitió y obligó a los ejecutantes a hacer valer su experiencia en aguas turbulentas pese a sus pequeños deslices con mujeres fáciles que los tentaban a ponerse a buen recaudo en la tierra firme de lo simplón.

Obra: El corral de Bernarda / Grupo: Compañía Teatral Ditirambo

Autores: Versión libre de “La Casa de Bernarda Alba” (García Lorca) y “Pepe Romano” (Ernesto Caballero) / Dirección: Luis F. Jiménez

Duración: 1 hora 10 minutos

*Alejandro González Romero es escritor y actor de teatro; publica columnas en el suplemento cultural “Puño y Letra” del diario Correo del Sur de la ciudad de Sucre - Bolivia, desde el 2004 hasta la fecha. Trabaja en las tablas desde hace 10 años y es miembro del Grupo de Teatro La Cueva desde hace 7.

Ha sido parte del Taller de Crítica teatral dictado por Vivian Martínez directora de la Revista Casa de las Américas (Cuba) realizado en Morelia, Michuacán, México.

No hay comentarios: